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Querido diario

Diciembre 2019: reflexiones

Llegó diciembre y con él 6 meses desde que comencé mi transición hacia una vida más sostenible. Este mes ha sido un tanto diferente, no he planteado 3 nuevos retos sino que me preferido dedicar estos días a resumir y reflexionar.

Reflexiones de fin de año sobre la emergencia climática

No somos conscientes de qué estamos viviendo

Desde que comencé con este proceso me he dado cuenta que cuanto más me adentro en el mundo de la sostenibilidad más concienciada estoy con el tema y más ganas tengo de continuar. La problemática medioambiental es, como catalogaron en la COP25, una emergencia y no somos conscientes de la gravedad de todo lo que estamos viviendo. Por mucho que durante la semana de la COP los medios de comunicación se hayan dedicado a invadir nuestros informativos de noticias sobre el cambio climático, la mayoría de la población no está concienciada y no tiene ganas de hacer nada al respecto. Somos pocos los que empezamos a darnos cuenta de una pequeña parte de este problema y estamos intentando poner remedio en la medida de nuestras posibilidades, sin embargo esto es una lucha contra gigantes, aunque todas las acciones cuentan y son sumamente necesarias, si no se trabaja a nivel global y desde escalas muy altas, no llegaremos a tiempo para solucionar estos problemas.

Un mundo de plástico

En este sentido, también me he dado cuenta de que no somos conscientes de la cantidad de plástico que nos rodea hasta que no nos paramos a pensar en ello. De hecho, yo misma, que siempre he sido una persona respetuosa con el medio ambiente y concienciada con los procesos de reciclaje, no me había percatado hasta que he empezado a investigar sobre el tema, de la grandísima problemática que supone el plástico para el medio ambiente y la cantidad gigantesca de plástico que nos rodea ¡Incluida la ropa que vestimos!

Te invito a hacer una prueba muy sencilla. Mira a tu alrededor y enumera todas las cosas que lleven plástico, después enumera las que no lo lleven, te vas a sorprender con la lista.

Vivimos sucumbidos al plástico y es muy difícil encontrar alternativas a él. Aunque cada vez hay más empresas y tiendas concienciadas con la emergencia climática que ofrecen productos libres de plásticos, conseguirlos supone un esfuerzo extra: hay que buscarlos, encontrarlos y aprender a utilizarlos (porque algunos de ellos requieren cambios de hábitos de nuestras formas de hacer las cosas). Esto supone que, o bien estás muy concienciado y dispuesto a cambiar y (en algunas ocasiones) pagar un poco más por los productos, o bien te dejas llevar por el sistema y sigues consumiendo plásticos al mismo ritmo de siempre.

Reciclar no sirve para nada.

Llegados a este punto, otro de los temas principales en este proceso de vida sostenible es el reciclaje. Mucha gente sigue consumiendo plásticos aun sabiendo lo perjudicial que es, escudándose en que luego lo reciclan, pero los datos nos muestran que la cantidad de residuos que se reciclan en nuestro país es muy bajo, por lo que aunque muchos ciudadanos nos dediquemos a separar y depositar en los contenedores correspondientes nuestros residuos, los ayuntamientos no hacen una recogida efectiva o las plantas de reciclaje no realizan bien su trabajo. La mayoría acaban en vertederos o incinerados (en el mejor de los casos) o perdidos en espacios no habilitados para ello.

La única solución al problema de los plásticos es el «cero resíduos» y un cambio de hábitos de vida y consumo a nivel mundial ¿Será esto posible?

El «cero residuos» no existe

No existen alternativas sostenibles para todos los productos, existen formas sostenibles de hacer las cosas. En este sentido debemos concienciarnos en generar el menor número de residuos posibles y que éstos sean biodegradables. Tenemos que tener claro que el «cero residuos» no existe y menos en la sociedad en la que vivimos pero, al menos, hay que intentar que aquello que se genera no sea un problema más.

Esta es la teoría, que está muy bien, pero para conseguirlo es necesario cambios de hábitos de vida que la mayoría de la población no está dispuestos a asumir, cambios a nivel comercial y de consumo y a nivel mundial de producción. Es un problema de gestión tan compleja que parece abrumador.

Madres por el clima

Durante estos 6 meses he entrado a formar parte de distintos grupos de activistas medioambientales, uno de ellos Madres por el Clima. Todos los que participamos somos personas concienciadas con esta problemática que la mayoría de las veces queremos hacer más de lo que podemos. Como decía antes, el problema es gigantesco y el trabajo individual es muy importante, pero más aún es el formar parte de comunidades con las que poder trabajar a escalas más grandes y poco a poco conseguir nuevos logros con el apoyo de todos.

Resumen del año

Dicho esto creo que es un buen momento para hacer un pequeño resumen de los logros que he ido consiguiendo a lo largo del año en este reto de transición hacia una vida más sostenible.

Junio: dejé de utilizar botellas de agua de plástico, empecé a llevar tuppers al supermercado para los frescos y utilizar bolsas de tela para la fruta y verdura, me planteé mi inminente maternidad desde un punto de vista sostenible.

Julio: dejé de usar film plástico en la cocina, de hecho se acabó el rollo y no se ha vuelto a comprar más. Este mes comencé a investigar sobre los pañales y decidí empezar a usar los pañales desechables ecológicos, más tarde he comenzado a usar los pañales de tela.

Pásate por el post: alternativas al film plástico

Agosto y septiembre: comencé a usar bolsas de basura biodegradables, no hemos vuelto a comprar bolsas de plástico. Este mes descubrí la existencia de yogures en envases de cartón y desde entonces solo compramos esos.

Pásate por el post: yogures sin plástico

Octubre: cambié los estropajos de cocina por estropajos biodegradables, dejé de comprar jabón de manos en envases de plástico para volver a las pastillas de jabón de toda la vida. Este mes, además, empezamos a usar un coche híbrido.

Noviembre: empecé a usar pañuelos de tela y dejar de comprar kleenex. Probé y empecé a usar las nueces de lavado. Empecé a usar los pañales de tela.

Diciembre: me he planteado la Navidad desde un punto de vista eco.

Y aunque estas son los cambios principales que he ido compartiendo a través del blog, he ido cambiando otros hábitos diarios para hacerlos más sostenibles. En general estoy muy contenta con este reto y lo que hemos conseguido, eso sí, creo que aún nos queda mucho por mejorar de forma individual y espero poder seguir haciéndolo en este 2020.

Objetivos para el 2020

Y rápidamente, que este post se me está haciendo muy largo, para el próximo año quiero continuar con este reto proponiendo 3 pequeños retos mensuales, continuar participando con grupos de acción climática y, por supuesto, seguir compartiéndolo todo a través de este blog y de mi cuenta de Instagram @elinvernaderocreativo

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